Constantemente me pregunto (sabiendo todo lo que he hecho) si es justo que yo pida más de la vida, si es necesario tanto dolor para terminar en el mismo lugar que reyes y vagabundos; Si el efecto de la noche me hará olvidar la ausencia de sentido y me dará propósitos nuevos, si a la mañana siguiente habré olvidado mis dudas y podré sonreir como si no tuviese temores.
¿Acaso pierdo mi tiempo añorando un poco de retribución? ¿Acaso no era mejor, supuestamente, amar y perder… que nunca haber amado? ¿Para qué puede servir todo esto, todo este esfuerzo, si al final del día estoy aquí en silencio escribiendo esto? ¿No merecemos un poco más de lo que nos han dado?¿No me merecemos señales del universo, caminos más claros o siquiera un poco más de valor para afrontar lo desconocido?
Constantemente inseguro, siendo preso de mi propia mente, siendo obligado a dejar caer la roca por la ladera, una y otra vez, siendo testigo de lo absurdo de mi existencia a la espera de un poco de luz. Constantemente trato de darme palmaditas en la espalda diciéndome que es sólo un momento, que debo seguir sonriente porque a nadie le va a importar cuanto crea yo que merezco de la vida.